domingo, 6 de enero de 2013

en español

el artículo publicado en Bettery magazine, ahora en español.

Amman, es una ciudad donde la primera impresión para un visitante es de una ciudad donde el comercio es la principal actividad, lo cual la hace vibrante, junto a la hospitalidad de sus habitantes. Pero por otro lado, para aquellos que llegamos a Amman con un objetivo específico, es una ciudad donde su clima y suelo no dejan crecer casi vegetación. Su rápido e informal crecimiento no han permitido planear áreas de esparcimiento y juego, ni siquiera en áreas de clase media y alta. Amman posee ese color amarillo como la arena que la caracteriza y la hace atractiva, pero cuando nos acercamos a sus comunidades populares, nos encontramos que el espacio público es también incoloro. De cualquier manera esta situación no detiene a los niños que a pesar de estas ausencias buscan y encuentran espacios para el juego.

En LPU nuestra herramienta más efectiva e importante es la participación.  Incluyendo niños, niñas y madres dentro del proceso de diseño y construcción de la propuesta lograremos que estos espacios sean mantenidos por ellos mismos gracias a la identificación que se genera entre ese nuevo espacio ligeramente modificado por sus habitantes y principales usuarios, los niños y niñas. La actividad de creación que refuerza ese nuevo espacio es simplemente una semilla que enseña el poder de la participación y el trabajo grupal. El lugar seleccionado en la primera etapa, de investigación fue el barrio de Ashrafiye, característico por su alta población de inmigrantes en su mayoría palestinos.

De acuerdo a las discusiones y reuniones previas elaboramos un boceto que se discutió con la comunidad y especialmente con los niños. Quienes grabaron en sus mentes cada uno de los elementos propuestos para después exigirlos en la puesta en marcha de la actividad. Aunque la intervenciòn se diseñó para que las 3 partes de la forma de “u” del callejón fueran el espacio para niños, niñas y adolescentes respectivamente; al momento de empezar a pintar los grupos se mezclaron naturalmente ayudando cada grupo en las otras áreas con el mismo entusiasmo con el que lo hicieron en el área que se serìa destinadas para ellos mismos. Esta situaciòn nos anima a pensar y comprobar que los límites los imponemos dando por hecho sus resultados, pero la socializaciòn a travès de actividades especìficas como el juego y la participación son capaces de borrar esos lìmites. El cambio se nota instantàneamente con la puesta en escena de la actividad y no con la culminaciòn de la recuperaciòn del espacio como en los proyectos centralizados y absolutamente manejados por las instituciones donde las comunidades y los usuarios pueden poco opinar.

Pinturas, herramientas, materiales de reciclaje entre otras cosas se dejaron en poder de la comunidad. Ahora hay que hacer seguimiento al desenvolvimiento del espacio para seguir comprobando y teniendo fe en la supervivencia y el reflorecimiento de la niñez en países en vìas de desarrollo.



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